FÉRETROS
un constante guarecerse en la página de la voz mirar a ambos lados
la carretera de la vivencia parece dos muros que se juntan las montañas del existir parecen carreteras empinadas que van hacia ninguna parte
el cielo de la noche es una habitación de hotel vista desde la calle
hay alguien adentro
quién sabe si duerme o agoniza
SUEÑO
soñé que unas mariposas marrones nos atacaban
cuando cruzábamos un campo
que no recuerdo
haber visitado nunca
parecían un montón de hojas secas
que el viento desprendió del suelo
y desmayándose poco a poco
nos rodearon el cuerpo
se enredaron en tu pelo
y se pegaron a nuestra ropa con violencia
al despertar, recordé lo que me dijiste alguna vez
sobre las sombras que volaban
muy cerca de tu cabeza
cuando paseabas a tu perro
bajo ciertos árboles de tu urbanización
donde anidaban pitirres
o murciélagos
entonces,
¿qué significarán estas mariposas
que han cambiado el lenguaje perfecto de su placidez
por una ley de permanencia?
¿qué defienden?
¿en qué campos no soy bienvenido?
¿por qué una palabra que se me escapa ahora
presentó su piel en el sueño tan nítidamente,
sin hacerse oír,
sin músculos para hablar?
¿tengo territorios definidos?
¿en mi inconsciente hay árboles, pájaros, murciélagos?
¿qué hago, qué corrijo, a quién llamo, qué escribo,
qué luto, qué duelo, qué resentimiento oculto,
qué retrato descolgado de un amigo hay dentro de mí?
quizás las cosas más protegidas de mi ser
están así felices
chillando desde alguna rama
anidando y multiplicando mi vergüenza
mis verdades
y yo simplemente
tengo que ser educado
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